Zebras de Ópera

Esta mañana, desperté y leí en mi lector RSS la siguiente nota en El Informador títulada "Carmelita" ...y gracias de Jaime García Elías. Incliné un poco mi cabeza, pues estoy más acostumbrado al diminutivo de Carmencita que se usa en la ópera de Bizet sobre al de Carmelita. Me dio cierto gusto que los dos estuviesemos de acuerdo en algunas cosas, aunque García Elías se concentra más en la escenificación como el mayor defecto de las Escenas..., mientras que yo me concentré en las actuaciones.

La verdad es que en lo último lo que esperaba eran vestuarios sorprendentes. De una forma cruel, García Elías tiene razón: salvo uno que otro traje, la gran parte del vestuario si era de un nivel... digamos impromptu. Yo cuando fuí a las escenas no esperaba un gran vestuario, entre los comentarios de falta de recursos de la OFJ y las fotografías que he visto en uno de los libros de Carlos Diaz Du-Pond sobre las puestas en escenas de óperas enteras de hace más de veinte años aquí en Jalisco, realmente no estaba esperando algo como lo que se da a nivel internacional. Pero indudablemente el vestuario si se vio bastante improvisado.

Mientras que escribía sobre ésto, recordé un post de septiembre que hizo Irma Gallo titulado Triste panorama para la ópera en México. El post de Irma Gallo trata sobre lo que dijo Ramón Vargas, uno de nuestros mejores tenores, en una entrevista con periodistas. Y tiene mucha razón: aquí en el país no hay apoyos ni se busca alentar a los jóvenes cantantes. No es sorprendente que nuestros cantantes salgan al extranjero y hasta tomen otra ciudadania porque en México simplemente no hay cultura de ópera ni se busca promoverla.

Para terminar, quisiera aclarar algo. Una de las cosas que intento observar al manejar este blog es la crítica que uno da. Debe ser justificada, pero no excesiva ni cruel con alevosía nada más por que uno puede. Uno debe de observar y ser justo con todo, puesto que es en uno en quien el lector pone su confíanza. Es muy fácil dejarse llevar por el anonimato que proporciona el internet, y teniendo un público, es aún más fácil convertirse en una criatura amargada que parece escribir más con odio que con la objetividad que uno se propone. No obstante, mí meta con mi crítica es no solo sirva para aquellos aficionados que buscan una guía, sino también para los artístas o instituciones para que estén al tanto en algunas cosa en las que quizás se tiene que trabajar. Espero que la gente si lea lo que escribo y sobre todo reflexione que no estoy queriendo perjudicar a nadie, sino que estoy señalando faltas sobre las que se deben de reflexionar.