Zebras de Ópera

El reciente escándalo en que la Opéra National de Paris canceló la presentación de La Sonnambula al iniciar el segundo acto debido a la faringitis de Natalie Dessay no solo sorprendió a todos los amantes de la ópera por la completa ausencia de un suplente de Dessay para que continuase la función, sino también por la total falta de respeto que tuvo la Opéra National de Paris al no reembolsar a los asistentes debido a la política de la casa de ópera: una vez iniciado el segundo acto, no hay devoluciones.


Ya a inicios de la función, se presentó una mujer informándole al público que Dessay se encontraba enferma, pero que se presentaría para la función. A lo largo de la temporada de La Sonnambula, la voz de Dessay ha sonado un poco ronca (confer la función en Medici.tv), pero en todo este tiempo la administración de la casa de ópera nunca pensó en preparar o buscar a un suplente. Para el inició de la segunda función, volvió a aparecer la mujer, está vez informándole al público que Dessay no podía continuar y que la función estaba cancelada.

En varios blogs se ha comentado que desafortunadamente esta ha sido una de las estrategia común de varias casas de ópera. Estando conscientes de que se va tener que cancelar la función, se suele esperar hasta el último momento para que legalmente no estén obligados a reembolsar a sus clientes. Si se sabía desde hace días que Dessay estaba enferma, ¿por qué no se buscó un suplente para que la función continuará en caso de que ella tuviese que retirarse? ¿Por qué mostrarle esa falta de respeto a tus clientes al cancelar una función y no reembolsar el dinero por tu propio incumplimiento de contrato? Al final, se le ofreció a los afectados un "descuento" en otra función de la casa de la ópera.

Claro está que este tropezón de la Opéra de Paris no ha sido el único en la carrera de su nuevo director. Intermezzo señala varias otras situaciones que también han ocurrido a lo largo de la gestión Nicolas Joel. Joel se ha dedicado a traer grandes nombres a las tablas de la Opéra de Bastille, mientrás que su predecesor prefería crear nuevas producciones. El problema de traer solo los grandes nombres y no apoyarlos con buenas producciones es que da una calidad que deja que desear. Estuvo la cancelación de Netrebko y Villazón de Idomeneo, el abandono de Emanuelle Haïm al descubrir que su modo de dirigir era incompatible con la orquesta y ahora este maltrato de sus propios patronos.