Tito Manlio RV 738-A (Naïve - Vivaldi Edition Volume 28)

Nicola Uliveri, Karina Gauvin, Ann Hallenberg, Marijana Mijanovic, Debora Beronesi; Accademia Bizantina/Ottavio Dantone (Naïve OP 30413)

Este año es el Año Händel en que se celebran los 250 años de su muerte. Figura clave de la música barroca, ha habido a lo largo del año varios discos, conciertos y puestas de escena de su obra músical. Con ésto ha surgido un interés por la música barroca y reflexiones sobre la importancia que tuvo Händel en esta corriente artística, sin embargo, pocos recuerdan la importancia de las contribuciones de Antonio Vivaldi a esta misma corriente.

Cuando uno menciona el nombre de Vivaldi, lo primero que viene en mente son Las Cuatro Estaciones, no obstante, Vivaldi era desconocido para gran parte del público hasta los mediados del siglo XX, cuando hubo un renacimiento e interés en su obra. Desgraciadamente, las obras de concierto de Vivaldi terminaron opcando su obra operística (principalmente Le quattro stagioni). Desconocido aun para aquellos que disfrutan de su música, pocos saben que Vivaldi pasó la mitad de su vida componiendo óperas que tuvieron gran exito en su época. Aún en estos tiempos, la obra operística de Antonio Vivaldi, "el Sacerdote Rojo", es casí desconocida en su totalidad.

Hace nueve años, en el 2000, el musicólogo Alberto Basso y la compañia disquera francesa Naïve, decidieron llevar a cabo una tarea heróica: grabar y publicar la colleción completa de manuscritos de Antonio Vivaldi que alberga la Biblioteca Nacional Universitaria de Turin para el año 2015.Considerando que son unos 450 manuscritos, entre ellos 15 de los textos son óperas, no deja de ser una labor ardua... y loable. El conjunto se ha comprometido a públicar cuando menos una ópera anualmente.


En el año 2006, una de las obras publicadas de la colección es Tito Manilo (RV 738-A). El libretto de Matteo Noris data de 1696 y está basado (con libertades) en la vida de Titus Manlius Torquatus durante Las Guerras Latinas. La creación de la ópera tiene una historia curiosa que merece contarse. En 1717, Vivaldi se muda a Mantua, bajo la proteccion del Principe Felipe de Hesse-Darmstadt, gobernador de dicha provincia para servir como Maestro di cappella da camara. Y lo que sigue a continuación parece telenovela: en el banquete de navidad de 1718, el principe Felipe anuncia su boda con la princesa Eleonora di Guastalla. Con las nupcias planeadas para el 20 de enero de 1719, ya desde el 30 de diciembre se anunciaba que para celebrar la boda se estrenaría una ópera nueva en honor a los recién casados. Esta ópera resultaría ser Tito Manlio. Para poder alcanzar todas las demandas y preparaciones para la puesta de escena, Vivaldi tuvo que trabajar 24/7, y aunque seguramente ya estaba trabajando desde hace tiempo en Tito... ¡terminó la obra en 5 días! Justo a tiempo para que se ensayará, se hiciesen vestuarios, y se preparara todo. No obstante, aunque ya todo estaba listo, la boda se canceló repentinamente, y la princesa regresó a Florencia sin siquiera atravesar las murallas de Mantua. En este momento, presentar la ópera sería una afrenta al honor y una verdadera vergüenza para el principe puesto que estaba dedicada a él y su futura esposa. Fue así que la ópera pasó a la obscuridad.

En cuanto a la trama, Tito Manlio, cónsul de Roma, está en medio de una guerra contra los Latinos. Su hija, Vitellia está enamorada de Geminio, lider de los latinos y a su vez ella es amada por Lucio, un latino que se ha unido al lado de los Romanos. Servilia, hermana de Geminio ama a Manlio, hijo de Tito, quien comanda la caballeria romana. Tito da ordenes a Manlio que investigue la fuerza de los latinos, pero que bajo ninguna circumstancia debe de enfrentarse a ellos. Provocado por Geminio, Manlio se enfrenta al latino, desencadenando su encarcelamiento y ejecución por orden de su padre.

La ópera es un festín para la voz masculina. La mayoria de las arias y recitativos están en manos de los varones, lo que resulta un poco irónico, puesto que los papeles de los castrati son interpretados por mezzosopranos hoy en día. Además, es una de las pocas óperas que cuenta con numerosas arias para bajo-barítono, lo que es muy raro y Nicola Uliveri aprovecha la ocasión, resultando esplendido como el cruel y sanguinario Tito. Christian Senn desempeña un comico Lindo y sus arias son siempre briosas. Sus recitativos y arias deben ser sin lugar a duda algunos de los mejores, puesto que hace observaciones de los sucesos y personajes desde un posición alejada de la acción. Geminio, interpretado por Mark Milhofer canta y actua como ningun otro, es quizás la mejor voz masculina del conjunto. Es una lastima que no tenga mas que una minima participación en la ópera.

Aunque la obra se llama Tito Manlio, la trama gira principalmente alrededor de Servilla y Manlio. La voz y actuación de la soprano Karina Gauvin es impecable y su Sonno, se pur sei sonno e non orrore tiene un estrés psicológico en su canto que es una lastima que dure tan poco. La otra voz que se destaca es la de Ann Hallenberg, con su Servilia. Con un canto claro y melodioso supera con creces a su contraparte la contralto Marijana Mijanovic (Vitellia) que en esta obra suena muy uniforme y no destaca. Lo mismo puede decirse de Debora Beronesi y Barbara di Castri, cuyos papeles demandan drama y cuyas voces simplemente no lo suplen. En el escenario, se debe actuar con la voz mas que con el cuerpo y esto es sumamente obvio en una grabación y eso es quizas lo único malo de estas tres interpretes en esta ocasión.

En cuanto a la grabación, los micrófonos son tan sensibles que a veces alcanzas a oir cuando se bajan los instrumentos o cuando el arco toca las cuerdas. El libretto incluye dos ensayos sobre la obra. También parece que el libretto esta faltando ciertos dialogos que se dan en los discos. Esto se da en dos de los recitativos y aunque no afecta mucho el seguimiento, no deja de ser sorprendente que hayan descuidado este detalle.

Desgraciadamente, la mayoría de estos discos se encuentran en precios exorbitantes. En Estados Unidos y la Unión Europea rondan entre los 27 y 33 dólares, un precio aceptable de mercado, sin embargo, en nuestro país están entre 644 y 700 pesos cada uno, dificultando visiblemente su aceptación entre el público general y fans, sobre todo en este tiempo de crísis. Es una verdadera lastima, puesto que son joyas musicales del periodo barroco que deberían ser conocidas y disfrutadas por el público.

Ensayo: Pratolino, Venice, Manta: Musings on Vivaldi's Tito Manlio
Ensayo: Pairing and Elaboration


Imagen © Denis Rouvre/Naïve

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